Centenario de la titulación de Ingeniero de Telecomunicación

100 años de cambios, desafíos, emociones y conexiones

No queremos decir, como cantaba el genial tanguista Carlos Gardel, que cien años no son nada en la historia de este centenario del título de Ingeniero de Telecomunicación.

Una conmemoración que invita a reconocer cómo ha evolucionado una titulación en la que lo único que ha permanecido estable ha sido precisamente su nombre y el trabajo de esos ingenieros tardíos protagonistas clave de la modernización del país.


El 22 de abril de 1920 aparecería por vez primera la titulación de Ingeniero de Telecomunicación en el marco legislativo español. El Rey Alfonso XIII sancionaba el nuevo Reglamento de la Escuela Oficial de Telegrafía por el cual se transformaban los estudios de ampliación ya existentes en unos estudios superiores conducentes a la obtención del título de Ingeniero de Telecomunicación. Es el origen de una profesión que hoy en día conserva idéntica denominación y antecesora directa del actual Máster Universitario en Ingeniería de Telecomunicación.

Del cuerpo de Telégrafos a un embrionario sector de las telecomunicaciones

A mediados del siglo XIX la telegrafía eléctrica era un habilitador tecnológico imprescindible de las transformaciones sociales de los estados liberales modernos y por ello en 1864 se dotó al Cuerpo de Telégrafos de una estructura similar al resto de cuerpos de ingenieros del Estado. El hundimiento del Titanic en 1912 pondría en valor la enorme utilidad social de las comunicaciones eléctricas en general y de la radio en particular.

Sería precisamente la Conferencia Radiotelegráfica Internacional de Londres celebrada justo después de la tragedia la que ordenaría el correcto uso de los sistemas de radiocomunicación de los barcos y el establecimiento de los requisitos que debían ser exigidos a los operadores de esa clase de equipos.

En nuestro país el gobierno español de Romanones asumió estas nuevas competencias sobre los requisitos de aptitud incorporándolos en la vieja Escuela de Aplicación de Telégrafos ampliando sus cometidos bajo la nueva denominación de Escuela General de Telegrafía.

Lo más destacado del nuevo centro fue la creación de una sección de estudios superiores dirigida a los oficiales del Cuerpo de Telégrafos con el objeto de ordenar su ascenso profesional, sin pretender ser aún un lugar de estudio o investigación para el progreso científico de las Telecomunicaciones, sino una forma bien organizada de preparar a las élites profesionales del propio Cuerpo de Telégrafos. 

La Escuela General de Telegrafía o Escuela Superior fue creada por Real Decreto de 3 de junio de 1913, siendo ministro de la Gobernación Santiago Alba y Director General de Telégrafos Luis Armiñan. Tenía tres secciones: elemental de Radiotelegrafía, de Aplicación para ingreso en el Cuerpo de Telégrafos, y de Estudios Superiores, es decir, en la Escuela se impartían los conocimientos necesarios para desempeñar todos los servicios de telecomunicación dependientes del Estado, en ese momento, Telegrafía, Telefonía y Radio.

Sólo un año más tarde, en 1914, cambiaría de nombre por Escuela Oficial de Telegrafía quedando la sección de estudios superiores convertida en una división con dos secciones principales, una primera de estudios de ampliación que básicamente recogía el testigo de los estudios ya existentes y otra de nueva creación de estudios complementarios de telegrafía sin hilos que no tenía nada que ver con la formación de operadores de telegrafía sino con el estudio científico del nuevo medio. 

Para ingresar en los estudios de ampliación había que obtener una de las diez plazas como máximo que salían a oposición entre los funcionarios del Cuerpo de Telégrafos no mayores de treinta años, debiendo acreditar los candidatos dos o más años de servicio con aparatos telegráficos. Estos estudios comprendían tres cursos distribuidos en dos años más una memoria final que había de versar sobre algunos de los conocimientos adquiridos en las asignaturas de la Escuela. 

Los estudios complementarios de telegrafía sin hilos estaban reservados para los alumnos que superaran los estudios de ampliación y que a juicio de la junta de profesores merecieran por sus aptitudes excepcionales permanecer otro semestre más en la Escuela para adquirir conocimientos especiales.

Aquellos primeros de la fila

Fueron los pioneros en marzo de 1917, seleccionados entre los oficiales de Telégrafos alcanzando su graduación un total de dieciséis ingenieros actualmente considerados como la primera promoción de Ingenieros de Telecomunicación aunque en sentido estricto ninguno de ellos obtuvo realmente dicha titulación ya que en ese momento no existía con carácter oficial. Entre otros proyectos redactaron el Plan Nacional de Telefonía de Francos Rodríguez.

Sería ya en abril de 1920 cuando el gobierno español reorganizó las enseñanzas de la Escuela pasando a ofertarse tres grados denominados elementales, medio y superior, conduciendo este último al título de Ingeniero de Telecomunicación. En este nuevo Reglamento se recogía que el grado superior estaba formado por el estudio de “todas las materias indispensables para el completo conocimiento de la telecomunicación, para el de los métodos y sistemas que puedan inventarse, y para realizar trabajos de investigación sin más límites que los que impongan en cada momento la ciencia misma”.

De aquella manera fue como esos 16 alumnos graduados en 1917, mencionados anteriormente, conseguirían en 1921 el título oficial que les convertiría en aquellos primeros Ingenieros de Telecomunicación de España. 

La Escuela Oficial de Telecomunicación

Félix Sanz Mancebo

En 1930 la Escuela pasó a denominarse Escuela Oficial de Telecomunicación abriendo sus estudios a estudiantes que ya no procedían necesariamente del Cuerpo de Telégrafos. En 1932 por primera vez se define el concepto de Telecomunicación como toda comunicación telegráfica o telefónica de signos, señales, escritos, imágenes y sonidos de cualquier naturaleza, por hilos, radio u otros sistemas o procedimientos eléctricos o visuales.

Es en este momento en el que se define el plan de estudios impulsado por su director Félix Sanz Mancebo que tenía una duración de cuatro cursos de un año. El acceso a los estudios se realizaba a través de un examen de ingreso y un curso preparatorio. Tras el periodo de exámenes existía un periodo de prácticas en las Salas de Aparatos de los Laboratorios de Correos y Telégrafos. Al final del cuarto curso había que presentar una Memoria Práctica a modo de Proyecto Fin de Carrera o Reválida para obtener el título de Ingeniero de Telecomunicación.

Las nuevas tecnologías

En aquel momento los estudios que se impartían se caracterizaban sobre todo por tener una base electromagnética y mecánica. Se basaban en aplicaciones a los servicios que existían en aquellos años: telegrafía, telefonía, radiotelegrafía y radiodifusión. 

En 1949 hubo una modificación parcial del plan de estudios de 1930 en la que se incorporaron a las enseñanzas de ingeniería de telecomunicación las nuevas tecnologías del momento como sistemas sonoros, sistemas de transmisión de imágenes y radiogonometría.

A cada profesor numerario se le asignaban un conjunto de asignaturas que se denominaban Grupo de Cátedra, una situación que duró hasta 1983 cuando con la Ley de Reforma Universitaria se adoptó la actual organización departamental. El 20 de diciembre de 1949 pasó a ser el director de la Escuela Emilio Novoa y ocupando este puesto inauguraría, en 1955, la nueva Escuela Oficial de Telecomunicación situada en la calle Conde Peñalver 19 siendo éste el primer edificio proyectado para la formación de los Ingenieros de Telecomunicación. 

El umbral del examen de ingreso

Se aprobó un nuevo plan de estudios en 1951, por el que se ingresaba en la Escuela después de superar un examen de ingreso que constaba de cinco pruebas. El tiempo medio de preparación para ingresar en la Escuela era de alrededor de cuatro años y la edad media de comienzo de la carrera era de 22 años. La preparación para este examen se realizaba fuera de la Escuela en academias privadas, siendo la más conocida la Academia Dobao-Díaz Guerra. En esta época, la gran mayoría del profesorado lo era a tiempo parcial conformado por profesionales de empresas como Telefónica, Standard Eléctrica, Renfe, Marconi o de las Administraciones Públicas como Correos y Telégrafos o RTVE.

Cambios estructurales y modernización de las enseñanzas

Emilio Novoa

Hasta 1957 la Escuela Oficial de Telecomunicación estaba adscrita al Ministerio de la Gobernación, actual Ministerio del Interior. Con la Ley de Ordenación de las Enseñanzas Técnicas de 1957, las Escuelas Oficiales de Ingeniería pasan a depender orgánicamente del Ministerio de Educación y Ciencia y cambian su denominación a Escuelas Técnicas Superiores de Ingenieros. Esta ley estableció por primera vez una Escuela específica para Ingenieros de Telecomunicación.

La denominación oficial de la Escuela la reguló una Orden Ministerial de 30 de septiembre del mismo año, estableciéndose como Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, por la cual se creaba también la Escuela específica de Peritos de Telecomunicación. El plan de estudios de 1957 trajo consigo la sustitución del examen de ingreso por dos cursos (Selectivo e Iniciación) cursados ambos en sede académica oficial. El Selectivo era un curso básico en ciencias experimentales y en el de Iniciación se estudiaban asignaturas de especialidad como “Teoría de redes” o “Electrónica”. Ambos debían aprobarse por completo para poder matricularse del siguiente curso.

Con el objetivo de aumentar el número de ingenieros del país, en 1964, tuvo lugar la segunda reordenación de las Enseñanzas Técnicas. El Ministerio creó varias Escuelas de Ingeniería y redujo la duración de los planes de estudio de siete a cinco años. Los dos primeros cursos continuaron siendo selectivos, resultando necesario aprobar todas las asignaturas para pasar al curso siguiente.

Comienza el Plan 64. En este plan de estudios aparece el Proyecto Fin de Carrera, cuya presentación y aprobación era necesaria para obtener el título de ingeniero. Desaparecen entonces asignaturas de carácter general no vinculadas a la telecomunicación como “Geología”, “Biología” o “Termodinámica”. La informática y la transmisión de datos entran en la Escuela con la asignatura de “Ordenadores Electrónicos”.

En 1965 se inauguró la nueva Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de Madrid, en su actual emplazamiento de la Ciudad Universitaria Campus Moncloa siendo director Emilio Novoa.

La Escuela comenzaría otra nueva etapa en su andadura cuando fueron nombrados Rogelio Segovia como director y los señores Gil Santiago y Valle como subdirector y secretario, respectivamente.   

ETSIT, 1965
ETSIT, 2012

Abiertos al mundo

Rogelio Segovia impulsó la importancia de la investigación y el conocimiento de otras formas de organización y metodologías docentes en universidades extranjeras prestigiosas, al fomentar que grupos de estudiantes de los últimos cursos completaran su formación en universidades europeas y norteamericanas. Falleció inesperadamente en 1972 y fue sustituido en la dirección de la Escuela por Narciso Redondo quién continuó la línea emprendida favoreciendo la incorporación de una nueva saga de catedráticos y profesores jóvenes.

Removiendo los cimientos

En 1974 se reordenaron una vez más las Enseñanzas Técnicas permitiendo que los planes de estudio pudieran extenderse a seis años sin aumentar los contenidos, con lo que se inició la etapa de modificación del Plan 64, de ahí la denominación Plan 64-M.

Un cambio de gran magnitud que dio como resultado una nueva planificación y orientación de los estudios. Esta transformación fue posible entre otras cosas porque hubo un profundo cambio generacional en el profesorado con dedicación exclusiva en la mayoría de los casos.

Se abandonaron enseñanzas tradicionales como “Mecánica”, “Tecnología de Fabricación”, “Electrometría” y “Topografía” y se incluyeron y ampliaron materias como “Electrónica Digital”, “Informática y Ordenadores”, “Circuitos Integrados” y “Telemática”. A partir de cuarto se ofrecen las asignaturas agrupadas por áreas de especialidad: "Comunicaciones", "Electrónica" y "Telemática". El Proyecto Fin de Carrera constituía de este modo más de la mitad del esfuerzo del estudiante en sexto curso.

En su estructura básica el Plan 64-M permaneció hasta el año 1994 aunque dada su flexibilidad se fueron introduciendo y cambiando algunas asignaturas y programas al tiempo que cambiaba la organización del profesorado pasando de la tradicional agrupación en grupos de Cátedra a otra más funcional en Departamentos.

El estallido de los estudios de Telecomunicación

A principio de los años 80 hubo un relevo en el equipo directivo de la Escuela siendo elegido en 1981 nuevo director Vicente Ortega Castro.

En 1985, bajo la dirección de la Escuela de Antonio Luque López, se produjo una modificación parcial del Plan 64-M introduciéndose asignaturas  como “Tratamiento Digital de la Señal”, “Sistemas Digitales y Microelectrónica”, “Bioingeniería” o “Energía Solar Fotovoltaica”.

Las otras escuelas

Durante la década de los ochenta y debido al gran momento que atravesaban las denominadas Tecnologías de la Información y a que la demanda de graduados era superior a la que el sistema académico era capaz de producir, se fueron creando nuevos estudios de Ingeniería de Telecomunicación en distintas universidades españolas.

En 1971 se crea la segunda Escuela, la de Barcelona., a la que seguiría catorce años después la de Vigo. Al finalizar la década habrá escuelas en Bilbao (1986), Valencia (1987), Málaga (1988), Las Palmas de Gran Canaria (1989) y Santander (1989). 

Tras la reorganización administrativa de las universidades y escuelas, llegaría la de las enseñanzas y planes de estudio, coincidiendo en esta época como director de la Escuela Enrique Page de la Vega. Las directrices generales fijadas en el Real Decreto 1497/1987 establecieron los estudios en ciclos universitarios. Esto supuso en la práctica una vuelta a los cinco años de duración oficial y una reducción de la carga lectiva. El crédito se configuró como la medida de la carga docente. Un crédito equivalía a diez horas de clases lectivas, teóricas o prácticas. Los estudios de Ingeniero de Telecomunicación se configuraron con una carga lectiva de 375 créditos.

Estas indicaciones establecieron un conjunto de normas y un catálogo de materias denominadas troncales que fijaban la parte común de las enseñanzas para todos los centros que quisieran impartir un título concreto. Cada Universidad podía organizar su plan de estudios con una gran libertad, incluyendo que el estudiante pudiese elegir sus propias opciones, al menos un 10% de enseñanzas de libre designación.

Sobre la base de estas troncales cada centro elaboraba su plan de estudios por lo que ya no se podía hablar de un único proyecto para todas las escuelas, que debía ser aprobado y homologado por el Consejo de Universidades. En este contexto el siguiente plan de estudios que se puso en marcha en la ETSI de Telecomunicación de Madrid fue el denominado Plan-94 siendo Jesús Sánchez Miñana el director de la Escuela en esos momentos.

La titulación se estructuraba en dos ciclos, agrupados en asignaturas troncales y obligatorias, optativas y de libre elección, equivalentes a un total de 375 créditos. El primer ciclo comprendía los tres primeros cursos donde se impartían las bases científicas y tecnológicas necesarias para el resto de su formación. En el segundo, los estudiantes podían elegir entre tres grandes áreas de especialización, Comunicaciones, Electrónica y Telemática, que a su vez incluían varias intensificaciones dirigidas a aumentar el grado de especialización, por ejemplo, Tratamiento de la Señal, Sistemas Audiovisuales o Sistemas Informáticos, entre otras.

Con el foco en Europa

Pasado el tiempo  se añadieron dos intensificaciones que no pertenecían a las áreas de especialidad existentes, Bioingeniería y Gestión de la Tecnología. Durante la década de los 90 se produjo un aumento considerable de relaciones de la ETSIT con Escuelas europeas de Telecomunicación gracias, entre otras cosas, al Programa Erasmus, European Region Action Scheme for the Mobility of University Students, principal exponente del intercambio de estudiantes y colaboración entre Universidades Europeas.

 

El impacto del Espacio Europeo de Educación Superior

El 25 de mayo de 1998, los Ministros de Educación de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido firmaron en la Sorbona una Declaración instando al desarrollo de un Espacio Europeo de Educación Superior, concebido como primer paso de un proceso político de cambio a largo plazo de la enseñanza superior en Europa. Un año después se celebraría una nueva Conferencia que dio lugar, el 19 de junio de 1999, a la Declaración de Bolonia y que fue suscrita por 29 Estados europeos.

El espíritu de Bolonia asentó las bases para la construcción de un Espacio Europeo de Educación Superior organizado conforme a principios de calidad, movilidad, diversidad y competitividad y con dos objetivos estratégicos, el incremento del empleo en la Unión Europea y la conversión del sistema Europeo de Formación Superior en un atractivo polo de atracción para estudiantes y profesores de otras partes del mundo. La Declaración estableció un plazo hasta 2010 para la puesta en práctica del Espacio Europeo de Educación Superior. 

Siendo el director de la Escuela Guillermo Cisneros Pérez (2004-2013) y tras un proceso exhaustivo de auditorías, la titulación de Ingeniero de Telecomunicación Plan-94 obtuvo la acreditación ABET (Accreditation Board for Engineering and Technology) en 2010.  

Dicha acreditación ABET aseguraba que la formación de los ingenieros de Telecomunicación cumplía con unos estándares de calidad establecidos por las asociaciones profesionales americanas para la preparación de aquellos y que la titulación de Ingeniero de Telecomunicación tenía una equivalencia con el nivel de Máster de los estudios americanos de esta disciplina, lo que permitía en la práctica que el título de Ingeniero de Telecomunicación fuese reconocido en Estados Unidos.

Plan 2010 bajo el paradigma de Bolonia

Casi en paralelo se inició la adaptación del título de Ingeniero de Telecomunicación al Espacio Europeo de Educación Superior, entrando en vigor el nuevo plan de estudios denominado Plan 2010, implantado actualmente.

Sus principales características, adaptadas a la Declaración de Bolonia, consistieron en un sistema basado en tres ciclos formativos, Grado, Máster y Doctorado; en la implantación de un sistema de créditos común, el ECTS (Sistema Europeo de Transferencia de Créditos) y en el establecimiento del Suplemento Europeo al Título.

El Crédito europeo se convertiría en la nueva unidad de medida de la carga de trabajo del alumno en las enseñanzas universitarias, así como en el sistema de calificación de los resultados académicos obtenidos por los estudiantes en estas enseñanzas. Proporcionaría una medida de cada materia, en función del trabajo que le supone al estudiante el conjunto de actividades desarrolladas. Un crédito europeo equivaldría entre 25 y 30 horas, pero no sólo se computan las horas de clase teóricas y prácticas sino además la carga de trabajo del alumno volcada en horas de estudio, seminarios, realización de trabajos individuales o en grupo, prácticas o proyectos, la resolución de ejercicios, búsqueda de información o exámenes. Los créditos europeos sintetizaban el volumen del trabajo del estudiante y exigían modificar hábitos de estudio y de aprendizaje.

Un Plan de estudios 2010 que supuso un revolucionario cambio estructural y metodológico. La nueva organización de las enseñanzas universitarias catapultó el proceso de aprendizaje del estudiante a lo largo de la vida. En el marco de las titulaciones adaptadas al Espacio Europeo de Educación Superior, la ETSI de Telecomunicación comenzó en el curso 2010-2011 con el Grado en Ingeniería de Tecnologías y Servicios de Telecomunicación. Las competencias para el ejercicio profesional se adquieren en algunos casos con la titulación de grado y en otros con la titulación de Máster, siendo el título de Máster Universitario en Ingeniería de Telecomunicación el que habilita para el ejercicio de la profesión del Ingeniero de Telecomunicación.

Tanto la titulación de Grado en Ingeniería de Tecnologías y Servicios de Telecomunicación como el Máster Universitario en Ingeniería de Telecomunicación han recibido el sello europeo de calidad EUR-ACE.

El sello EUR-ACE es un certificado concedido a una universidad respecto a un título de ingeniería, de grado o de máster, evaluado según una serie de estándares definidos de acuerdo con los principios de calidad, relevancia, transparencia, reconocimiento y movilidad contemplados en el Espacio Europeo de Educación Superior.

El COVID, un inesperado punto de inflexión

La ingente actividad desplegada durante esta pandemia tiene un prefijo común, tele, en escenarios universales de teletrabajo, telemedicina y teleeducación. La relevancia de las tecnologías de la Información y la Comunicación para dar respuestas a necesidades básicas se ha hecho ahora más evidente y necesaria que nunca. 

 

Y aterrizamos en este aniversario tan especial en un mundo interconectado en el que las redes se han convertido en mecanismos potentes de solidaridad y humanidad y en el que la labor de los ingenieros de telecomunicación se ha hecho más necesaria que nunca con presencia estratégica en Transformación digital, Inteligencia Artificial, Redes inteligentes más eficaces, Big Data, 5G, Internet de las cosas, Ciberseguridad o desarrollo Aeroespacial pero también en Agricultura o Industria hasta sectores de Servicios o Administración, siendo claves en campos como Sanidad, Educación o Asistencia social. Un perfil multidisciplinar y transversal de extraordinaria importancia y que en estos tiempos adquiere más relevancia que nunca.

Felicitamos a todos los ingenieros de telecomunicación que trabajan con pasión en este siglo de la información y a aquellos estudiantes que están en el camino de lograrlo

En esta Biblioteca de su mano y a su vera caminamos con el compromiso de apoyarles y estimularles en cualquier etapa de su trayectoria.

  ¡Bienvenidos seáis siempre!

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